Al llegar la tarde Juan Alberto Blandón, Froylan, llamó a los jefes de escuadra a reunión en la misma casa donde yo estaba herido y planteó la urgencia de retirarnos al caer la noche, porque no había opción militar de romper el cerco blindado y salir con vida.
Los combatientes campesinos que dominaban la zona propusieron bajar el cerro por una cañada con una inclinación de entre 60° y 70° aproximadamente, casi imposible de bajar, pero como no había otra opción, había que proceder.
A las 7 de la noche se da él aviso a todos los compañeros que hay que reconcentrarse en la casa del campamento en el más absoluto silencio. A las 8pm estamos listos para iniciar la retirada. Se da el problema que nadie quiere cargar con los heridos por el cansancio, por la fatiga, por el temor.
Las enseñanzas de Germán Pomares es que los heridos son sagrados y él Indio Emilio, fusil en mano, amonestó que el FSLN es fiel con sus principios y, con su gente y quién se niegue a cargar a los heridos, sería sancionado.
Porque? Me preguntaba en mi angustia, si cargué tres días a, Daniel,campesino,herido en la insurrección de septiembre, ahora, estos compañeros actuan asi?
Por su voluntad, Quién inicialmente me cargó fue María Libertad y Marta Torres (Mirlo).
Después a Noel, Genaro y a mi nos cargaron otros compañeros.
Por el desfiladero era casi imposible avanzar. Los golpes continuos provocaban un dolor insoportable y no podía quejarme porque nos detectarían. La noche era tan oscura que fue para el bien y la EEBI no nos veía.
Los compañeros se resbalaban por la tierra suelta y el cerro muy inclinado, pero, con paciencia, serpenteando la cañada avanzamos toda la noche en absoluto silencio hasta la madrugada del día siguiente que logramos salir del cerco militar con la astucia de una culebra y con la mansedumbre de una paloma, sin que nos lograran detectar.
Una vez fuera de ese peligro, se reorganizó la columna en grupos que fueron dispersados. Froylan seleccionó a los más destacados combatientes y el mismo, se quedó con los heridos para planificar su traslado.
Por orientación de Rubén, Jefe de la columna, Noel y Genaro irían a casas de seguridad en Estelí. En mi caso, seria trasladado a Honduras. Desde abajo quedé viendo el cerro empinado y la EEBI seguía bombardeando pero nosotros ya estábamos lejos. Un equipo de cuatro compañero entró al cerro cuando ya no estábamos. La EEBI los capturó, los torturó y murieron descuartizados. Pensé en todos los 8 hermano
Los combatientes campesinos que dominaban la zona propusieron bajar el cerro por una cañada con una inclinación de entre 60° y 70° aproximadamente, casi imposible de bajar, pero como no había otra opción, había que proceder.
A las 7 de la noche se da él aviso a todos los compañeros que hay que reconcentrarse en la casa del campamento en el más absoluto silencio. A las 8pm estamos listos para iniciar la retirada. Se da el problema que nadie quiere cargar con los heridos por el cansancio, por la fatiga, por el temor.
Las enseñanzas de Germán Pomares es que los heridos son sagrados y él Indio Emilio, fusil en mano, amonestó que el FSLN es fiel con sus principios y, con su gente y quién se niegue a cargar a los heridos, sería sancionado.
Porque? Me preguntaba en mi angustia, si cargué tres días a, Daniel,campesino,herido en la insurrección de septiembre, ahora, estos compañeros actuan asi?
Por su voluntad, Quién inicialmente me cargó fue María Libertad y Marta Torres (Mirlo).
Después a Noel, Genaro y a mi nos cargaron otros compañeros.
Por el desfiladero era casi imposible avanzar. Los golpes continuos provocaban un dolor insoportable y no podía quejarme porque nos detectarían. La noche era tan oscura que fue para el bien y la EEBI no nos veía.
Los compañeros se resbalaban por la tierra suelta y el cerro muy inclinado, pero, con paciencia, serpenteando la cañada avanzamos toda la noche en absoluto silencio hasta la madrugada del día siguiente que logramos salir del cerco militar con la astucia de una culebra y con la mansedumbre de una paloma, sin que nos lograran detectar.
Una vez fuera de ese peligro, se reorganizó la columna en grupos que fueron dispersados. Froylan seleccionó a los más destacados combatientes y el mismo, se quedó con los heridos para planificar su traslado.
Por orientación de Rubén, Jefe de la columna, Noel y Genaro irían a casas de seguridad en Estelí. En mi caso, seria trasladado a Honduras. Desde abajo quedé viendo el cerro empinado y la EEBI seguía bombardeando pero nosotros ya estábamos lejos. Un equipo de cuatro compañero entró al cerro cuando ya no estábamos. La EEBI los capturó, los torturó y murieron descuartizados. Pensé en todos los 8 hermano
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