Con mucho cuidado me bajaron del caballo y entramos a su casa en un ambiente humilde y limpio habitado por gente tranquila, gente buena pero despreciada por la Dictadura de Somoza, gente olvidada sin acceso a energía eléctrica, sin escuela, sin atención médica, sin agua potable, sin recursos, gente por la que estábamos luchando y que valió la pena ajustarle el cinto a los barrigones golosos del régimen. Había preparada una cama de tijera y me acostaron ahí. La mujer me dijo susurando que aguantara sin gritar porque la EEBI andaba en la zona y nos matarían a todos.
Me dijo ; aguante y no grite. Quitó las vendas, la herida estaba abierta, el húmero salido y partido en dos, la piel podrida, unos que otros gusanitos moviéndose y un hedor putrefacto por la infección y la falta de antibióticos y sin pastillas para el dolor. "El poder está en tu mente, vos podés" Llevaba cinco días en esa situación. Con algodón, agua y delicado esmero fue limpiando, después me untó de la pomada de uso veterinario Dermolan que Francisco Rivera El Zorro me había entregado para el largo viaje a Honduras, finalmente aquella mano tapó la herida con vendas improvisadas. A los muchachos les dijo que en la mañana fueran a buscar garrobos , a mí me dijo que no me preocupara, que habían logrado restablecer el contacto con Digna Flores y al día siguiente, si la EEBI no hacía sus recorridos de limpieza, me trasladarían a Estelí en donde el hermano de María Libertad, me estaría esperando para trasladarme a Condega en su camioncito blanco a casa de otro colaborador que me trasladaría a Sonni, Somoto, cerca de la frontera con Honduras.
Me dijo ; aguante y no grite. Quitó las vendas, la herida estaba abierta, el húmero salido y partido en dos, la piel podrida, unos que otros gusanitos moviéndose y un hedor putrefacto por la infección y la falta de antibióticos y sin pastillas para el dolor. "El poder está en tu mente, vos podés" Llevaba cinco días en esa situación. Con algodón, agua y delicado esmero fue limpiando, después me untó de la pomada de uso veterinario Dermolan que Francisco Rivera El Zorro me había entregado para el largo viaje a Honduras, finalmente aquella mano tapó la herida con vendas improvisadas. A los muchachos les dijo que en la mañana fueran a buscar garrobos , a mí me dijo que no me preocupara, que habían logrado restablecer el contacto con Digna Flores y al día siguiente, si la EEBI no hacía sus recorridos de limpieza, me trasladarían a Estelí en donde el hermano de María Libertad, me estaría esperando para trasladarme a Condega en su camioncito blanco a casa de otro colaborador que me trasladaría a Sonni, Somoto, cerca de la frontera con Honduras.